Del Medio Oriente y de mirar a nuestros ancestros
Siempre supe que tenía sangre libanesa, pero nunca supe que ella podría afectar el rumbo de mi vida.
¿Por qué no puedo estar tranquila viviendo siempre en el mismo lugar? ¿Por qué siempre tengo algo que me pica diciéndome que hay una vida esperándome afuera y no acá? ¿Tengo que irme para estar tranquila?
Llegué a mi primera terapia de constelación familiar el año pasado queriendo trabajar este tema y antes de siquiera comenzar la sesión, ya tenía mis respuestas.
— ¿De dónde eres? Me preguntó el constelador.
— De Chile.
— ¿Cual es tu nombre completo?
— Josefina Dumay Neder.
— ¿Entonces de dónde eres?
— La familia de mi papá viene originalmente de Francia y la de mi Mamá del Líbano.
— ¿Y qué son los libaneses?
— Árabes.
— ¿Y qué eran los árabes originalmente?
— Comerciantes.
— ¿Y qué más?
— Nómadas.
Ha pasado casi un año desde esa conversación y desde entonces que algo ha ido cambiando en mí. Si leíste mi primer escrito, sabrás que fui comerciante desde que tengo memoria y si me conoces sabrás que siempre me pica el poto por vivir en otros lugares. Pasé desde los 18 a los 23 viviendo afuera y cada vez que viajo quiero quedarme viviendo en ese lugar. Volví a vivir a Chile con la pandemia y cada año después pasé entre tres y cuatro meses viajando afuera. Hace solo unos pocos meses recién empecé a aceptar y adorar vivir en Chile, por ahora, y tal vez en eso influyó la constelación.
Las constelaciones son un tipo de terapia de una sesión que pueden hacerse grupal o individualmente para sanar problemas de todo tipo o para entender las causas de ciertos comportamientos repetitivos en nuestra vida. Este método de terapia “lleva al individuo a observar el lugar que ocupa al interior de su familia, para así solucionar conflictos que, incluso, pueden traspasarse de generación en generación.1” A diferencia de otras terapias, las constelaciones familiares operan desde la base que nuestros comportamientos de hoy tienen todo que ver con nuestra percepción de nuestra familia y con todos nuestros ancestros. Una sesión con un buen constelador te reorganiza la imagen que tienes de tu árbol genealógico y así puede comenzar a sanar o cambiar lo que sea que fuiste a tratar.
La idea es que vayas a constelarte teniendo una pregunta o tema que quieras trabajar. Puedes tratar cualquier problema: tu relación con la plata, tus relaciones laborales o con tu jefe, tus relaciones amorosas, etc… En mi caso, llegué con dos temas: quería trabajar mis relaciones de amor con hombres y quería entender porque siempre quiero vivir en un lugar que no sea Chile. Del primer tema te contaré en otra ocasión. Y el segundo tema es el que nos convoca.
Hay una cierta calma y sentido de dirección que viene con encontrar las causas de las cosas o descubrir el nombre que tienen. Imagino que alguien que creció toda su vida con cambios de humor excesivos e inexplicables que le traían depresiones y grandes conflictos debe hallar, además de miedo, mucho refugio el día que le dan su diagnóstico de bipolaridad. Lo mismo con alguien que toda su vida se sintió como bicho raro porque venía de familia de doctores pero le iba pésimo en el colegio y solo le gustaba dibujar todo el día y un día descubre que un familiar lejano era pintor. Alguien que siempre termina en relaciones con el mismo tipo de hombres puede empezar a romper ese patrón al darse cuenta que sufre de apego ansioso o evitativo. Cuando le puedes dar un nombre a algo que te pasa, al menos puedes buscar en Google y darte cuenta que no es tan raro, que alguien más ya lo vivió y que tal vez tenga una solución o un camino a recorrer que no te esperabas. Descifrar las causas de las cosas, entender que todo tiene un por qué, puede hacer que dejes de resistirte y que empieces a experimentar el verdadero amor fati.
La pista de vida que me dio el constelador cuando me hizo caer en cuenta del impacto que tienen mis raíces libanesas fue una revelación de por qué mi vida se ha dado como se ha dado y me dio un nuevo sentido de dirección. Me hizo ver que no soy solo una joven de 27 años que nació en 1997 y que por casualidad se le ocurrió emprender en todo y hoy vivir del tejido y que por casualidad terminó estudiando tres años en la universidad en Abu Dhabi. Nada es casualidad, y la vida y decisiones que tomo hoy son el resultado de todas las vidas y decisiones que tuvieron que tomar mis ancestros.
Siempre supe que tenía sangre libanesa, pero nunca supe que ella podría afectar el rumbo mi vida. Los abuelos de mi abuelo materno eran libaneses, de apellido Nader, y hace unos años descubrí que se vinieron a Chile escapando del terror del Imperio Otomano. De lo que yo sabía, mis tatarabuelos vinieron en un barco junto a otros libaneses y entre traducciones al español y las olas del Océano Pacífico, de Nader pasaron a ser Neder. Cuando me gradué de la universidad en Abu Dhabi el 2015, mi abuelo, mi mamá, padrastro y hermanas vinieron a verme, y aprovechamos de hacer el viaje más importante de nuestras ramas genealógicas: el retorno al Líbano, a Beit Mellat, el pueblo de mis tatarabuelos. Llegamos a Beit Mellat con los pasaportes de ellos y en cuestión de minutos terminamos conociendo a nuestra familia Nader que se quedó ahí, y caminando los mismos caminos, entrando a los mismos departamentos que nuestros antepasados hace más de 100 años. De esto te contaré más detalles en otra ocasión porque merece su propio escrito. Pero te lo cuento ahora, porque fue ese momento, mezclado con la conversación con mi constelador el año pasado, que me hicieron conectar muchos puntos de mi vida.
Las cosas que te llaman la atención no son casualidad. No es casualidad que hay gente que nació para ser programadora y a mí, por más de que me leyera todo y pasara horas en la oficina de mi profesor de computación pidiéndole ayuda para programar un juego de gato con Python, no me entrara. Hay gente que le nace estudiar japonés y otros que quieren estudiar francés y otros que no están interesados en aprender idiomas, pero sí en jardinear. Hay quienes dirían que esos intereses te escogieron a ti y que por ende, debes honrarlos y darles la bienvenida en tu vida como el mejor anfitrión. Creo que hay mucha verdad en eso, pero incluiría que esos intereses suelen provenir de tu genealogía; y ¿qué más poderoso que reconocer y así honrar a nuestros antepasados?
Creo que este descubrimiento es lo más cercano que tenemos a la inmortalidad. Nuestras vidas son limitadas, pero lo que continúa siempre es la familia. Ayer existían mis tatarabuelos y hoy existo yo. Ellos siguen vivos a través de mi y de nuestra familia, y nosotros seguiremos vivos a través de nuestros descendientes. Yo soy la continuación de la vida de mis ancestros. Lo que ellos no pudieron terminar, yo puedo continuar. Probablemente muchos continuamos las misiones de quienes vinieron antes sin darnos cuenta que estamos perseverando algo que vino antes que nosotros. Perseguimos los mismos intereses o las mismas misiones que tal vez tenía una tataratatara tía hace 300 años y que tal vez nunca pudo resolver. Tu patrón de amores puede venir de algún antepasado de hace siglos y tal vez tú seas quien finalmente lo pueda romper o cambiar.
A mí el Medio Oriente me llamó y poco a poco ha ido definiendo más y más mi vida. Yo pensé que terminé estudiando en Abu Dhabi por las casualidades que se dieron: conocí a mi mejor amiga Nati en clase de química justo cuando ella estaba postulando a Abu Dhabi e inmediatamente me sedujo la lejanía y rareza de un lugar como ese y por otro lado, era de las pocas universidades que ofrecían becas completas fuera de Chile a todo alumno que no pudiera pagar todo. Y sí, claro que esas casualidades influyeron. Pero sé que todo tiene razones más profundas detrás que a veces podemos descubrir mucho más adelante. De todas las universidades del mundo, a la única que postulé y fui fue a la de Abu Dhabi. Sin Abu Dhabi, mi abuelo probablemente nunca hubiera alcanzado a llegar al Líbano a conocer sus raíces, y nosotros tal vez tampoco. De todos los lugares dónde podía haber tenido mi primer trabajo después de la universidad, terminé trabajando en Marruecos, en el único trabajo al que postulé porque un amigo vio la vacante y me dijo que me podría interesar. De todas las causas habidas y por haber, la que siempre me ha llamado es la Palestina. El año pasado, mi mayor deseo era estar en el mundo árabe y terminé llegando a Jordania después de un viaje de trabajo a Londres. Mi vida siempre quiere llevarme de vuelta al mundo árabe. Y digo de vuelta como si esa vuelta deseada fuera la que anhelaban mis tatarabuelos y me traspasaron con solo haber vivido y darle la vida a mi abuelo para que se la diera a mi mamá para que me la diera a mí.
La ancestrología nos define a todos, pero usualmente permanece a nivel subconsciente. Hoy yo reconozco la mía, la adoro y la riego. Es algo superior a mí. Mi sangre libanesa quiere correr por mis venas; quiero estar viva para poder conocerla más y más. Este año empecé a estudiar árabe con la idea de irme el próximo año al Líbano o a Palestina para hacer un programa intensivo de árabe. Será la lengua la que finalmente me lleve de vuelta a nuestras raíces.
Movie Rec! 🍿
Ya que estamos en ancestrología y Medio Oriente, te quiero recomendar una película que vi antes de ayer (recomendada por la Nati) y que probablemente pasó a ser mi película favorita. Es fuerte, asique ojo ahí. Se llama Incendies y es la única película en mi vida que tuve que ver dos veces seguidas de lo increíble que era y de lo importante que es cada detalle. La película parte con un notario leyendo el testamento de la madre de dos jóvenes, quién les deja por escrito que no quiere que la entierren bien hasta que no le lleven al padre y al hermano dos cartas que les escribió. Estos jóvenes se asombran porque pensaban que su padre estaba muerto y no tenían idea que tenían un hermano. El hermano se rehusa a hacer la búsqueda; solo quiere un entierro digno para su madre y pasar la página. La hermana está obstinada a honrar los últimos deseos de su madre de mirar su pasado. En esta película triunfa la búsqueda de las raíces, porque lo que descubren, es inolvible.
The end.
Si te gustó lo que escribí, la mejor forma de apoyarme es dándole like abajo y compartiendo mi Substack con el siguiente link:
Opcional pero deseadamente, puedes dejarme propina equivalente a un café aquí:
https://medicina.uchile.cl/noticias/43918/constelaciones-familiares-tecnica-sanadora-y-preventiva
me encantoooo, que bonito
Wow, que emoción me dio leer este relato ♥️♥️♥️